Hoy es San Valentín, día mundial del amor, y tengas o no tengas pareja, siempre habrá alguien a quien recordarle lo mucho que le quieres. En traducciones TRIDIOM queremos celebrarlo dedicando nuestra entrada semanal a hablar sobre el amor en el sector de la traducción, y es que el amor no entiende de idiomas.
Cada vez son más las personas que viven en diferentes lugares del mundo, pertenecen a culturas diferentes, hablan distintos idiomas y aún así, en un momento clave sus vidas se cruzan y se enamoran el uno del otro.
Una de las historias más conocidas de amor entre personas de idiomas diferentes, por haber sido narrada en la taquillera película Love Actually, es la protagonizada por Colin Firth y Lúcia Moniz. Él, un escritor inglés con el corazón roto, y ella una chica portuguesa que le ayuda en la casa mientras escribe su novela. Inicialmente no se tratan más que lo justo, pero poco a poco llegan incluso a mantener una conversación a pesar de no entender nada de lo que dicen.
Al final se acaban enamorando y él hace todo lo que está en su mano para conquistarla: se apunta a clases de portugués, viaja al pueblo donde ella vive con su familia, cumple con las costumbres culturales y, como suele ocurrir en todas las películas románticas, triunfa el amor.
Hasta aquí, todo el mundo conoce la historia, lo que no es tan popular es que a Colin Firth, esa historia le ocurrió en realidad. Solo que no era portuguesa, sino una italiana llamada Livia Giuggioli que actualmente es su mujer.
Él mismo cuenta como se conocieron en el rodaje de la película Nostromo: “Yo estaba parado en las escalinatas de la iglesia de San Pedro Claver, en la Ciudad Amurallada, cuando la vi pasar. Quedé flechado, sin habla.
Nuestro noviazgo fue como sacado de una novela porque ella es italiana y yo no sabía el idioma, hasta que lo aprendí. Como sus padres son muy estrictos, pasé dos años llevándola a su casa a las 11 de la noche, sin hacer nada, hasta que nos casamos…”. Por lo que todo lo que le ocurre a Jamie, su personaje en Love Actually en 2003, lo inspiró en su propia experiencia de 1996. Actualmente Colin y Livia siguen felizmente juntos y tienen dos hijos.
Seguro que son muchísimas las anécdotas, los malentendidos y las aventuras que implica enamorarse de una persona de otra cultura, de otro país y lengua, que consiguen unir más a las personas que las viven.
Ésta es sólo una de las millones de historias de amor de este tipo que deben existir. Por eso, si algo similar te ha ocurrido o conoces alguna historia parecida no dudes en dejar tu comentario y sumarte a nuestras historias de san valentín capaces de romper las barreras del idioma