Todos sabemos que hablar un idioma es muy importante. A lo mejor nos hemos dado cuenta de su importancia este verano.
Estamos en septiembre, hemos vuelto de las vacaciones y empezado a levantarnos pronto por la mañana. Ya podemos buscar esa camisa o esos vaqueros que usábamos para ir al trabajo y que habíamos dejado en el armario. Y nosotros en Tridiom y Olyusei también…
Todos nos desconectamos con el mundo de manera diferente. Sin lugar a dudas lo mejor sería viajar y visitar nuevos países, ir a una ciudad extranjera para aprender a hablar un idioma o ir a la playa y tomar el sol.
Los que han visitado algún lugar extranjero, se habrán dado cuenta de lo importante que es conocer el idioma que se habla en esa ciudad que, quizás, deseábamos visitar desde tiempo. Muchos piensan que con con decir las cuatro míticas expresiones “Hi”, “How much is it?”, “Bye bye” y “OK”, todos nos van a entender ya que “El inglés se habla en todo el mundo, me apañaré”.
Pues, la verdad es que no es así. Hablar un idioma significa entender todo lo que hay detrás de ello. Es entender la cultura de esa ciudad y de las personas que viven ahí, entender sus costumbres y no cometer errores que para nosotros no significan nada, pero que, para los que nos acogen en su ciudad, podrían significar mucho.
Uno de los momentos que más pueden darnos vergüenza a la hora de visitar otros países, es el saludo. Todos nos saludamos de manera diferente.
- En Tíbet se saca la lengua.
- Por contra, en la India se baja la cabeza, se juntan las manos, se colocan frente al corazón y se dice “Namasté”.
- Los que viven en Omán se frotan las narices el uno contra el otro.
- En Groenlandia se colocan las narices y el labio superior en la mejilla o en la frente de la otra persona y se inhala.
- Los italianos se dan besos en la mejilla izquierda y después en la derecha, mientras que en España es al revés. Es fundamental acordarse de esta diferencia ya que, si eres italiano o español evitarás besar en la boca a la persona que saludas. Esto, en cambio, es normal en Rusia.
Estas solo son las primeras cosas que tenemos que aprender cuando se viaja. Total que, si vemos a un hombre acercándose a nosotros con sus narices, que no nos resulte raro.
Ha llegado septiembre, nuestras vacaciones se han acabado y hemos vuelto al trabajo. Ya hemos cometido eventuales errores y nos reímos pensando en ellos. Sin embargo, si ya sabemos cuál será nuestro destino el año que viene, es conveniente prepararnos lo mejor que podamos para evitar errores incómodos.