En los últimos veinte años se han venido publicando en España y en Hispanoamérica numerosas novelas cuyo protagonista es un traductor, y en TRIDIOM hemos querido hacer una selección con las mejores.
Puede que el traductor sea un perfil propenso a protagonizar narraciones literarias, debido en parte a las peculiaridades del trabajo que desempeña. En muchas ocasiones son viajeros asiduos que, por motivos laborales, tienen que cambiar de destino frecuentemente y eso ayuda a introducir transiciones y nuevos escenarios en la trama.
Al entenderse el traductor como una persona culta y versada en literatura, da mayor libertad al escritor para usar recursos del lenguaje que enriquezcan la redacción. De hecho, en bastantes novelas suelen presentar al traductor como un ávido lector, visitante de museos y de lugares de interés cultural.
La flexibilidad de horarios del trabajo de traductor, ofrece libertad para que el personaje fluya por la historia sin tener que responder a un horario laboral encorsetado. La presión a la que a veces es sometido o la soledad que en otras ocasiones implica el trabajo son una mina de matices que enriquecen al personaje.
Pero no vamos a contar nada más, ya que estas novelas se han ganado el derecho a ser las narradoras del oficio del traductor, cada una desde su punto de vista.
En Corazón tan blanco. Javier Marías. (1992) Merecedora del Premio de la Crítica 1993, del Prix l´Oeil et la Lettre 1993, y el Premio internacional de Literatura IMPAC de Dublín 1997, Corazón tan blanco ha sido considerada unánimemente por la crítica nacional e internacional como uno de los libros perdurables de la literatura contemporánea. Su protagonista y narrador, Juan Ranz, prefiere siempre no saber, consciente de lo peligroso que resulta escuchar: los oídos no tienen párpados, y lo que les llega ya no se olvida. Traductor e intérprete de profesión, es él ahora el recién casado, y en su propio viaje de novios, en La Habana, asomado al balcón, es confundido por una desconocida que espera en la calle, y sin querer escucha una conversación de hotel. A partir de entonces «presentimientos de desastre» envolverán su matrimonio. Pero la clave de ese malestar quizá esté en el pasado, pues su padre hubo de casarse tres veces para que él pudiera nacer. |
En Corazón tan blanco. Javier Marías. (1992)traductor Premio Planeta 1991. Un intérprete simultáneo le cuenta su vida y la historia de su familia a una mujer. Entre el asesinato de Prim y la guerra del Golfo, los personajes van configurando el curso de su historia y la de España, un apasionante mosaico de vidas con las que se recrea un pasado que ilumina y explica la personalidad del narrador. Una de las novelas más ambiciosas y logradas de la narrativa española actual. |
Enterrar a los muertos. Ignacio Martínez de Pisón. (2005) No es propiamente una novela. Tiene más forma de reportaje periodístico o de ensayo. Martínez de Pisón refleja la fraternal amistad del republicano José Robles -su traductor al español- con el escritor norteamericano John Dos Passos. En plena Guerra Civil española Robles desaparece, y Passos intentará averiguar qué es lo que realmente le ha pasado. |
No se hable más. Mariano Antolín Rato. (2005) García, un traductor acostumbrado a la soledad, se reencuentra un día con Irene Moure, la más misteriosa, la más atrayente, la más seductora y la más compleja de las mujeres que se han cruzado en su camino. Un viejo jardín en el sur de España será el lugar donde broten no sólo los recuerdos sino la realidad de unas vidas que no acaban de cumplirse. La aparición de Misia, la hija de Irene, portadora de un destino trágico, servirá de catalizador para que una nueva forma de entender la existencia aflore entre estos dos viejos amigos cuya relación se mueve entre el amor y la indiferencia, entre la entrega y el abandono. La traducción y la jardinería —dos artes que comparten la imposibilidad de la perfección que ambos buscan, como la vida misma— serán el hilo que unirá las conversaciones, las evocaciones y los anhelos de unos seres que encarnan el deseo, la soledad, la necesidad de la palabra, voluntariamente condenados a una existencia igualmente imposible de cerrar, en un movimiento perpetuo que hace que cada día se renueve su búsqueda. |
La traducción. Pablo de Santis. (1998) La novela está narrada por Miguel De Blast, traductor de textos científicos invitado por su amigo y colega Julio Kuhn a un congreso sobre traducción en el remoto Puerto Esfinge. La trama policial, desatada por la aparición de cadáveres de lobos marinos en la playa y por la muerte de uno de los ponentes apenas iniciado el congreso, se trenza desde el principio con los reacomodos afectivos de los personajes, que se conocen de tiempo atrás, y con reflexiones sobre la interpretación, las palabras, los signos, la traducción y los traductores. |
El traductor. Salvador Benesdra. (1998) Ricardo Zevi traduce para Turba (una editorial de izquierda y de las últimas que a comienzos de los 90 aún tenía un traductor en planta) a un filósofo liberal y racista que estaba terminando de remover las pocas coordenadas ideológicas que le quedaban. Había caído el Muro de Berlín y la URSS colapsaba. En eso pensaba Zevi cuando en un bar conoce a Romina, una adventista que recorría las mesas llevando la palabra del Señor. Romina resulta ser justo lo que necesita, alguien capaz de vivir las aberraciones e inclemencias del destino como una estratagema de Dios, pero junto con el amor surgen también los obstáculos. Los problemas sexuales abren la puerta a la perversión y la violencia. Mientras en Turba, ese reducto hasta entonces inmune a la explotación debido a las ideas progresistas de sus dueños, comienza a operar el remedio milagroso de la flexibilización laboral. |
Historia del pelo. Alan Pauls. (2010) El héroe de esta comedia fúnebre es un enfermo del pelo. Tiene pelo de más, pelo para traductorregalar. Pero tiene miedo de perderlo, o de ponerlo en las manos equivocadas, o de vivir siempre pendiente de su suerte, a merced de la moda, las chicas incompetentes que lavan o los peluqueros irresponsables. El pelo es su fetiche, su obsesión, su pesadilla frívola. Pero es también el nexo que lo liga a los tres personajes con los que se cruza en esta ficción desolada: Celso, un peluquero paraguayo genial, que un buen día desaparece sin aviso; Monti, un amigo de infancia que irrumpe de tanto en tanto en su vida, y el Veterano de guerra, que después de décadas de exilio europeo vuelve a Buenos Aires. Los cuatro náufragos de Historia del pelo vagan a la deriva y terminan aspirados por el enigma del libro, el gran agujero negro donde confluyen la historia de un país y el cuerpo singular de sus víctimas: la misteriosa suerte corrida por la peluca que usó una guerrillera célebre para secuestrar a un jerarca militar, ejecutarlo e inaugurar así la década más sangrienta de la historia argentina. |
El viajero del siglo. Andrés Neuman. (2009) Un viajero enigmático. Una ciudad en forma de laberinto de la que parece imposible salir. Cuando el viajero está a punto de marcharse, un insólito personaje lo detiene, cambiando para siempre su destino. Lo demás será amor y literatura: un amor memorable, que agitará por igual camas y libros; y un mundo imaginario que condensará, a pequeña escala, los conflictos de la Europa moderna. El viajero del siglo nos propone un ambicioso experimento literario: leer el siglo XIX con la mirada del XXI. Un puente entre la historia y los debates de nuestro presente global: la extranjería, el multiculturalismo y los nacionalismos, la emancipación de la mujer. |
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